miércoles, 20 de julio de 2016

Elogio a una buruza

Se dice de ella, como si la palabra misma fuese invisible, se dice, sin que se sepa,
sin que se le de importancia al hecho de decirla, todo lo contrario, hasta este momento,
se debe tomar un lugar para ella, y no seguir haciéndose uno de vista gorda con esas cosas excepcionales. No se puede hacer uno el desentendido con semejante espécimen gramatical.

Buruza

Su sonido, cual susurro, no escapa al buen oyente,  aquel que se percata no sin un tiempo prudente de distracción, de la belleza de su estructura.

Buruza.

Es mas que una partícula, una migaja o una pelusa.Una inexistente, no se halla en un diccionario, es demasiado perfecta para eso, su uso mas prudente y recatado, esta en el sonido, existe no mas como un sonido, allí puede uno encontrarla, no se escribe sobre ella, pues parece casi del orden de lo prohibido.  Tampoco puede uno encontrarla en las canciones ni en la música, es un ruido de otra índole, està ahí donde uno agacha la cabeza, ahí donde uno juega con lo minúsculo, ahí en la frase insospechada, es donde se le da derecho de nacer. En la oración menos pensada, en lo inadvertido del decir.


martes, 5 de julio de 2016

Cada tarde

Cada tarde la mujer espera frente al andén del tren, 
con la vista puesta sobre cada hombre que pasa,
 cada tarde antes del anochecer la mujer espera.
 No siente que ha perdido su tiempo, 
es una espera necesaria. 
No por lo que puede llegar, 
sino por justamente confirmar cada tarde lo que no llega. 
Espera para confirmar que no llegará.

Espera, eso la calma. 
Quizás si llegase, eso sí, no lo esperaría. 
Se ha acostumbrado a saber manejarse con lo esperado. 
Es decir, con lo inesperado de la llegada.
Esa que no llega.