viernes, 24 de junio de 2016

Saltamontes

He llorado.
Las ranas saltan
los saltamontes saltan
los perros saltan
la ropa salta
los niños saltan
los bailarines y exploradores
los amantes, y cirqueros,
si, el cuerpo salta

las palabras saltan
no hay diferencia,

si, los saltamontes son palabras
encubiertas, coloreadas,
disfrazadas para evitar ser detenidas

las lágrimas saltan
si, las lágrimas son palabras,
se han humedecido, para huir saltando de la vista
a la vista

No hay diferencia,
en eso andamos de acuerdo
las palabras mueren cuando dejan de saltar
cuando se empieza a creer en ellas






Ese hombre هذا الرجل


Había una vez un hombre, ése nunca fue
ésto se trata de otra historia, ésa que se fue

ésta, aun no quería admitirlo, amaba a ese hombre, 
ése que no ha vuelto, y jamás se fue
se insiste, ésto se trata de otro cuento, otro cuento, que no es

un día fue a pasear, empezó a ver los arándanos, las hortalizas, se detuvo - palabra tan bella como "hortalizas" ésa palabra que no es- vio la pequeña que jugaba a ser mercader, si, jugaba a lo que es

detenida frente a un establo con olor a estiércol de animal roído, y paja, se sentó a esperarlo.
no, se dijo, no puedo esperar a quien no es, no es la misma historia que se cree

anduvo en lejanos pueblos, con cielos naranjas, y suelos ocre, con gente de cabello rojizo, y piel verde oliva,
se preguntó: ¿tendrá líneas blancas, aun, escapadas por allí? No, se dijo. Ese hombre no anda por ahí. Ese hombre ya se fue

comió almendras, magdalenas, rocíos de azúcar, y chocolates con orquídeas. Aprendió a hablar armenio, guaraní, y malayo. Se preguntó ¿cómo se dice amor en rumano? dragoste, le dijo un anciano,  y un  hombre, ese hombre, ¿como se dice? le preguntó al árabe de su esquina: هذا الرجل, le dijo, ese hombre que nunca fue

pues no, ésto se trata de otra historia, una historia de hortalizas, de estiércol de animal roído, de suelo color ocre, y niñas que juegan a ser mercader, de malayo y guaraní, de una palabra, si, de ésto se trata:
de una palabra que jamás se fue.


En voz baja

¿Sobre que escribirás, cuando no lo hagas del amor?
la niña grita: pues de cualquier cosa.
Del circo, la nube, el vértigo.
No, entonces no de cualquier cosa

En voz baja, la niña escribe.

de la cosa, entonces será de eso
la niña está lista para seguir escribiendo
con papel, colores, tizas y sangre
eso dice.

En voz baja, eso dice.

pregunta mi nombre al río,
anda, ve a ver si te escucha el viento,
pregúntaselo en voz baja, no vaya a ser que te escuche.

En voz baja, pregúntaselo.

grita, eso es. Grita hasta que la garganta se te seque,
secada, una garganta dise-cada
aveces cada garganta dice menti-rosa
si, son rosas, aveces dicen verdades.
pero, siempre son edades mentirosas.

En voz baja, las gargantas son mentirosas.















domingo, 5 de junio de 2016

cuadernos escolares

No hay que buscar mas un diario, dile a las nenas,
pues oculto frente al papel se pintan las trazas,
de un amor descolorido,
cuyo pie de página los maestros aun no saben ni leer.

Mejor, que pasen de cuarto grado, o las iniciales de su primer desazón, será un corazón
atravesado en las esquinas.

Hay que llevarlas a la oftalmóloga, dice la maestra de quinto, una borradura, malos copiados,
 -no puede mirar de lejos- dicen.

ceguera que precipita la escritura.
una mala letra-encriptada- dice la de sexto,
-no para ser leída por cualquiera-
ni siquiera por la nena.

Ya ni de copiados-solo dictados a medio oir-
un plano de artimañas
rastros de tiza con aguamiel,
tachaduras que denunciaran un olvido,
-allí estuvo-
cuadernos escolares: intimidad del ser.


La carta que finalmente se envió


te escribo antes de que finalice el invierno,
noche de cuarto menguante y ojos vencidos,
te confieso que me he tardado un poco mas de lo suficiente,
pues no se llevan bien mi dificultad con la prosa, con mi proceder contra el hacer nocturno

te confieso también, que soy un poco muda con el sonido,
me va mucho mejor con los llantos y los gritos, ni de hablar de los silbidos y tartamudeos
parece ser que en el silencio tengo mejor acústica, han dicho los médicos
antes de indicarme algo para la cordura, y también un poco para el sordeo

me he tardado un poco menos de lo necesario, eso he querido decir,
el tiempo de viaje de la soberbia paciencia de la mariposa monarca,
de la imprudencia maniobrada del salmón rojo en su afán de seguir,
y de la violenta entereza contra el frío de la amable grulla peninsular,

te escribo esto durante este largo otoño, ya sabes cuanto me cuesta dormir,
te envío ésta carta en un sobre de papel maché, con una estampilla de peregrina,
una carta sin remitente ni destinatario, sin aprietos ni presuras, sin oídos para oír.
una carta necesaria y atolondrada, gastada de tanto no ser enviada, una golondrina por salir.














Un hombre en tres actos.

El Hijo del Hombre. (1964). Magritte.

Acto primero
Un hombre se mira al espejo:
se retuerce entre panfletos y vestimentas,
anuncia con clamor la víspera de una nueva era,
piensa para si, distintos adjetivos para nombrar lo visto.

Acto segundo
Un hombre es mirado a través del espejo:
se quiebra sus rozagantes pómulos,
atraviesa su piel con cuchillas,
agua de colonia, y un sorbo de café,
se desconoce,
se acurruca en el sofá,
esperando algún sueño que venga a despertarlo.

Acto tercero
Un hombre mira el espejo:
el péndulo marca su hora,
queda detenido, teme,
éste mismo hombre acaba de cerrar sus ojos,
Reproducción prohibida (1937) . Magritte.
busca fuera del terso mercurio, algún otro plano o superficie,
se da cuenta de una falla,
este hombre mira la luz que antes lo delineaba,
no es mas que un gravado allá dentro,
cóncavo o convexo, plomo o estaño, cristal o vidrio,
de plata o aluminio, grabado o relieve,
se aterra.

Último acto:
éste finalmente no cuenta, pues sólo dura unos instantes
una risa macabra se precipita, ingenua claro está,
se pregunta ¿qué tiene que ver la inmortalidad con la imagen?
si al final los vampiros no pueden verse.
éste hombre se sonríe frente al espejo,
siempre desconocido para sí.


El hombre en el espejo,
 atraviesa el espejo
       El hombre que ya no necesita del espejo.



sábado, 4 de junio de 2016

Un algo, mi peor: es nada..

La poesía me aguarda, me espeta

apacigua cierto  horror a la cordura, a la buena escritura…

quizás una bofetada, un beso, algo saldrá de ella..

al menos algo, mi peor es nada.

alguna letra escurridiza que se desliza a cantaros,

alguna palabra suelta que pueda ser recocida

yo no soy poeta, ni tampoco hago poesía

al menos quizás “un algo”

ante la muerte
ante el desengaño
ante el vacío

ante eso.


Un algo de poesía…