El abrazo de las pequeñas causas
En una época donde nuestra vida ya no está orientada por los destinos y las obligaciones, por los encuentros forzados, por las formas diseñadas de como vivir; de esta época partimos y hablamos, y decimos, es la época donde el dicho se manifiesta, se introduce por los alcantarillados virtuales. En esta época donde los tiempos venideros parecen más violentos, más desérticos, más devastadores, cada vez más de lo peor, anunciando por doquier la proximidad del cese de lo vivo, siempre anunciando cuando se ésta por morir.
En esta época nacimos, la de las pantallas negras, la de la información que se vende barata, la de libros electrónicos, la de amores chateados, la de imágenes en plataformas, la de ausencias de anonimatos, las de lo visto y lo no visto. Es ésta, y no otra. En esta época, ¿Qué puede abrazarse sino una pequeña causa? ¿Qué puede conducirnos en esta vida pre-apocalíptica sino el sujetarnos furiosamente a lo que nos conmueve profundamente, mordiendo como un perro acorralado ese pedazo de hueso que nos queda por roer? Somos perros, que buscamos olfateando, una pieza bella, como refugio ante lo mortal y efímero del ser. ¿Por qué no acceder a dejarnos causar? autorizarnos a dejarnos orientar por ella. Ahí hay que morder, no soltar, abalanzarse ante una melodía, un poema, una pintura, una palabra, un libro, una flor, una herida, un sabor, un oficio, un síntoma, una historia, una caricia, por un paisaje, un país, por un niño, por un amor, por un olor, por un pedido, por una vida. Sin esto, somos solos sujetos a una época.
Un joven toca Adagio para Albinoni en el tren, mientras una joven se encuentra con el efecto de este poema, se los comparto es de Karina Valcarcel, poeta peruana.
Cavernícola
A mis pequeños hombres que ya no están,
Pequeño hombre de las cavernas
poséeme con tu piel de animal para el invierno
arrástrame hasta el arco de la cueva de tu madre y dile que seremos felices juntos
luego mátala
y guardemos su carne para los días duros del 2006
Pequeño hombre de las cavernas
te abandonaré cuando seas viejo y tosas con restos del desayuno en tu pañuelo,
fingiremos felicidad ante el clic de la cámara
y nuestros recuerdos felices no rebasaran los límites de un álbum
Pequeño
muy pequeño
tan pequeño
hombre
de otro hombre
en las cavernas
pintando animalitos para trascender en las paredes
para que siglos más tarde
otros hombres de otras cavernas
sepan que estuviste ahí
Eso es todo lo que buscamos, pequeño hombre de las cavernas, eso es todo.
Por eso tenemos hijos
escribimos quejas
nos desnudamos en las pistas para salir en la tv,
eso es todo lo que buscamos
desde que las cavernas fueron hechas
por los malos aciertos de la madre naturaleza
que también tuvo un hombre
que habitaba en las cavernas
y olía a fresco limón
después de copular sobre alfombras verdes del paraíso.
Eso es todo
era todo
será todo
y millones de siglos después
cuando ya nada de esto exista,
ni las letras, ni los hombres, ni la felicidad
estarán las cavernas llenas de animalitos
bajo gruesas capas de tierra
ocultando el precioso secreto
del trascender
Adagio para Albinoni, mientras se lee.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=226&v=kn1gcjuhlhg