jueves, 4 de agosto de 2016

Para la novia del aire

Allí estas tú,
agitada frente a ese hombre nuevamente,
cada día en dicha esquina,
ese hombre de palmas y cajón,
y tú de bata de cola y castañuelas,
una pasión llevada al poco calculo del riesgo
fuiste a recoger flores, y fuiste raptada
OH! incomprensible inocencia,
que entre tangos y fandangos, fuiste invitada
pequeña Persefone cautivada,
no hay de culpas ni justificaciones,
¿a quien se juzga por una incomodidad del alma?
cuando no se tiene piedad para el sufrimiento,
cuando los pies piden baile, y la mente tormento.
Y ese hombre allí, hablándote de fuego, con fuego.
Allí estas tú, novia del aire,
a costa de aparentar una edad liviana, disimulas un gran padecimiento:
una pasión perturbadora,
que te desgarra el suelo, mientras pides aliento.

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