Encaramado en lo mas alto está,
retumbando con su latir enloquecedor
vueltas y maromas palpitantes
que no discrimina piruetas mortales.
Le gusta el parapente y saltos extremos
aveces incursiona en la escalada y patinaje,
Corazón malabarista y paracaidista.
No sabes como detenerte.
caminando mas deprisa,
obligando el cuerpo que lo habita,
a precipitar su paso sin medida
¡Ay!, pobre de aquel, que se detenga,
que sin saberlo, encaramado a una costilla,
dando brincos y vueltas, puede dar un paso al frente.
Corazón peligroso el mío,
destinada estoy al ritmo de un trapecista.
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