lunes, 2 de mayo de 2016

No te olvides

No te olvides, del humo a media mañana cuando la gota ha caído al suelo.
Ni de la lágrima del anciano por el muñeco de trapo empuñado sin presión.
No te olvides.
No te olvides,  del prólogo de la guerra en epílogos de la paz.
Ni del  garfio sobre el pecho de quien sucumbe  al alivio de saberse sin más opciones
No te olvides.
No te olvides  de la consigna: No olvidar, cuando las distracciones capturan el alma.
Ni cuando el cantar  del peregrino  te regocije,  ni en asuetos de verano encandilados,  ni en laureles del azar  en momentos desafortunados.
No te olvides.
Pero sobre todo No te olvides del trasnocho de una madre, que se aferra al llanto, como soporte del tiempo.

No te olvides.

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