viernes, 24 de junio de 2016

Ese hombre هذا الرجل


Había una vez un hombre, ése nunca fue
ésto se trata de otra historia, ésa que se fue

ésta, aun no quería admitirlo, amaba a ese hombre, 
ése que no ha vuelto, y jamás se fue
se insiste, ésto se trata de otro cuento, otro cuento, que no es

un día fue a pasear, empezó a ver los arándanos, las hortalizas, se detuvo - palabra tan bella como "hortalizas" ésa palabra que no es- vio la pequeña que jugaba a ser mercader, si, jugaba a lo que es

detenida frente a un establo con olor a estiércol de animal roído, y paja, se sentó a esperarlo.
no, se dijo, no puedo esperar a quien no es, no es la misma historia que se cree

anduvo en lejanos pueblos, con cielos naranjas, y suelos ocre, con gente de cabello rojizo, y piel verde oliva,
se preguntó: ¿tendrá líneas blancas, aun, escapadas por allí? No, se dijo. Ese hombre no anda por ahí. Ese hombre ya se fue

comió almendras, magdalenas, rocíos de azúcar, y chocolates con orquídeas. Aprendió a hablar armenio, guaraní, y malayo. Se preguntó ¿cómo se dice amor en rumano? dragoste, le dijo un anciano,  y un  hombre, ese hombre, ¿como se dice? le preguntó al árabe de su esquina: هذا الرجل, le dijo, ese hombre que nunca fue

pues no, ésto se trata de otra historia, una historia de hortalizas, de estiércol de animal roído, de suelo color ocre, y niñas que juegan a ser mercader, de malayo y guaraní, de una palabra, si, de ésto se trata:
de una palabra que jamás se fue.


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