Había una vez un hombre, ése nunca fue
ésto se trata de otra historia, ésa que se fue
ésta, aun no quería admitirlo, amaba a ese
hombre,
ése que no ha vuelto, y jamás se fue
ése que no ha vuelto, y jamás se fue
se insiste, ésto se trata de otro cuento, otro cuento, que no es
un día fue a pasear, empezó a ver los
arándanos, las hortalizas, se detuvo - palabra tan bella como "hortalizas" ésa palabra que no es- vio la pequeña que jugaba a ser mercader, si, jugaba a lo que es
detenida frente a un establo con olor a
estiércol de animal roído, y paja, se sentó a esperarlo.
no, se dijo, no puedo esperar a quien no es, no es la misma historia que se cree
anduvo en lejanos pueblos, con cielos
naranjas, y suelos ocre, con gente de cabello rojizo, y piel verde oliva,
se preguntó: ¿tendrá líneas blancas, aun, escapadas por allí? No, se dijo. Ese hombre no anda por ahí. Ese hombre ya se fue
pues no, ésto se trata de otra historia, una historia de hortalizas, de estiércol de animal roído, de suelo color ocre, y niñas que juegan a ser mercader, de malayo y guaraní, de una palabra, si, de ésto se trata:
de una palabra que jamás se fue.
de una palabra que jamás se fue.
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