pues oculto frente al papel se pintan las trazas,

cuyo pie de página los maestros aun no saben ni leer.
Mejor, que pasen de cuarto grado, o las iniciales de su primer desazón, será un corazón
atravesado en las esquinas.
Hay que llevarlas a la oftalmóloga, dice la maestra de quinto, una borradura, malos copiados,
-no puede mirar de lejos- dicen.
ceguera que precipita la escritura.
una mala letra-encriptada- dice la de sexto,
-no para ser leída por cualquiera-
ni siquiera por la nena.
Ya ni de copiados-solo dictados a medio oir-
un plano de artimañas
rastros de tiza con aguamiel,
tachaduras que denunciaran un olvido,
-allí estuvo-
cuadernos escolares: intimidad del ser.

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